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Viernes, 27 Diciembre 2024 13:11

Incumplimiento del régimen de visitas: qué hacer y cómo actuar

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Incumplimiento del régimen de visitas: qué hacer y cómo actuar Incumplimiento del régimen de visitas: qué hacer y cómo actuar Ketut Subiyanto

Cuando una pareja con hijos decide separarse o divorciarse, uno de los temas que más preocupaciones genera es el régimen de visitas. Este acuerdo, que puede estar pactado de forma amistosa o establecido por el juzgado, pretende asegurar que los niños mantengan un contacto constante con ambos progenitores, incluso cuando ya no convivan juntos. Sin embargo, en la práctica no siempre se cumple, y surgen diversos problemas que afectan tanto a las madres y padres como a los hijos.

En este artículo, desarrollado para el blog Bilbao Legal por Lambda Estudio Jurídico, explicaremos qué es el régimen de visitas, cómo se regula legalmente, qué tipos de incumplimiento pueden darse y cuáles son las consecuencias. Además, abordaremos la parte emocional implicada, ofreciendo algunas sugerencias para manejar el malestar que esta situación puede causar en los niños y en los propios adultos. A lo largo de estas líneas, también comentaremos los pasos que puedes seguir si te encuentras ante un incumplimiento repetido o injusto, y qué herramientas legales existen para proteger tus derechos y, sobre todo, los de tus hijos. Por último, te invitaremos a contactar con nuestros profesionales si requieres un asesoramiento personalizado. Esperamos que esta información te sea útil y te proporcione una visión amplia sobre cómo actuar si el régimen de visitas no se cumple.

¿Qué es el régimen de visitas?

El régimen de visitas es el conjunto de días, horarios y condiciones que permiten al progenitor que no convive de forma habitual con los hijos mantener el contacto con ellos. Aunque en muchos casos se habla de “progenitor no custodio”, conviene matizar que, dependiendo del tipo de custodia —exclusiva o compartida—, el régimen de visitas puede adaptarse a situaciones distintas.

  • En una custodia exclusiva (o monoparental), el niño convive normalmente con uno de los progenitores y visita al otro en los días y horas fijados por el juez o en el convenio regulador pactado.
  • En una custodia compartida, suele haber un reparto más equitativo del tiempo y la convivencia con cada progenitor. No obstante, puede que aún exista un régimen de visitas complementario para cubrir festivos, vacaciones y otros periodos especiales.

El régimen de visitas está ligado directamente al interés de los menores y a su derecho de mantener contacto con ambos padres, de modo que no solo es un derecho para el progenitor que no convive con el niño, sino también para el hijo, que debe poder relacionarse con su padre y su madre. La legislación española considera que esta relación contribuye al desarrollo equilibrado del menor y evita situaciones de distanciamiento que puedan afectar a su bienestar.

Normativa aplicable

En España, la base legal para el régimen de visitas se encuentra en el Código Civil y en la jurisprudencia que emana de los distintos tribunales, incluyendo el Tribunal Supremo. De forma genérica, en el ámbito estatal, el artículo 94 del Código Civil establece que el progenitor que no convive con los hijos tiene derecho a visitarlos, comunicarse con ellos y tenerlos en su compañía. Si existiera un riesgo para el menor —por ejemplo, en situaciones de violencia familiar—, el juez puede restringir o suspender ese derecho.

Además de este artículo, también son importantes otras normas y medidas cautelares que pueden dictarse en procedimientos de familia. Por otro lado, las Comunidades Autónomas con Derecho Civil propio (Cataluña, Navarra, País Vasco y Aragón en ciertos supuestos) pueden tener disposiciones concretas en materia de visitas, custodia y patria potestad. En cualquier caso, el principio rector es siempre proteger el interés del menor.

Formas de incumplimiento del régimen de visitas

El incumplimiento del régimen de visitas puede tomar diferentes formas. A veces, uno de los progenitores impide que el otro vea a los hijos. En otras, es el progenitor con derecho a visitas quien no cumple con sus obligaciones de recogida y estancia con el menor. A continuación, describimos las modalidades más comunes:

  1. Impedimento por parte del progenitor custodio
    • El progenitor que tiene la custodia no entrega al menor en las fechas acordadas, o pone todo tipo de trabas e inconvenientes para la visita.
    • Se retiene al niño con excusas como que está enfermo, que tiene otros compromisos o que no desea ir con el otro progenitor.
    • Se “olvida” de los horarios y hace que el menor llegue tarde o directamente no acuda a las visitas establecidas.
  2. Desinterés del progenitor con derecho a visitas
    • El progenitor que debería recoger y pasar tiempo con el hijo no se presenta el día acordado.
    • Llega sistemáticamente tarde y reduce al máximo el tiempo de estancia con el menor.
    • Suspende las visitas de forma reiterada, sin avisar y sin causas justificadas.
  3. Manipulación o interferencia parental
    • Se trata de una situación en la que uno de los progenitores, de forma consciente o inconsciente, promueve en el niño una imagen negativa del otro, interfiriendo en el vínculo afectivo entre ambos.
    • Comentarios despectivos, críticas constantes o prohibir al menor hablar o comunicarse libremente con el otro progenitor pueden incidir en la voluntad del niño, que acaba rechazando las visitas.
  4. Incumplimientos puntuales
    • Aunque puedan pasar desapercibidos, cuando se repiten con frecuencia, generan un clima de inestabilidad para el menor.
    • Pueden consistir en retrasos continuos, incumplir las vacaciones asignadas, no respetar los días festivos o no adaptarse a modificaciones pactadas.

Todas estas formas de incumplimiento perjudican al menor y pueden agravar el conflicto entre progenitores, con efectos muy negativos sobre la comunicación y la estabilidad familiar.

Consecuencias legales del incumplimiento

El incumplimiento del régimen de visitas no queda en una mera disputa privada entre progenitores, sino que tiene repercusiones legales. En función de la gravedad y de la reiteración, el juez puede adoptar distintas medidas:

  1. Ejecución de sentencia
    • Cuando se ha dictado una sentencia o se ha aprobado un convenio regulador, y uno de los progenitores no respeta lo acordado, el otro puede solicitar la ejecución de esa resolución judicial.
    • La ejecución puede incluir requerimientos para que el progenitor cumpla con exactitud lo pactado y, en caso de seguir incumpliendo, se podrían imponer multas coercitivas.
    • El juez busca que se cumpla lo previsto en la resolución, garantizando los derechos del menor y del progenitor afectado.
  2. Modificación de medidas
    • Si el incumplimiento es muy frecuente, el progenitor perjudicado puede pedir al juez que revise y cambie el régimen de visitas o incluso la custodia.
    • Por ejemplo, si el progenitor custodio impide de forma constante las visitas, el juez podría valorar conceder la custodia al otro.
    • Esta modificación no se adopta de forma automática, pero sí se tiene en cuenta cuando el juez observa que la conducta de uno de los padres va en contra del interés del menor.
  3. Responsabilidad penal
    • En casos extremos, impedir que el otro progenitor vea al niño de manera reiterada puede constituir un delito de desobediencia a la autoridad judicial, ya que las sentencias son de obligado cumplimiento.
    • Las penas pueden incluir multas y, en situaciones de especial gravedad, penas de prisión.
    • Este escenario suele darse cuando hay una resistencia abierta y continuada a las resoluciones del juez, poniendo en riesgo el bienestar del niño.
  4. Pérdida de derechos o patria potestad
    • Si el comportamiento de uno de los progenitores pone en peligro la seguridad o la salud mental del menor, el juez podría adoptar medidas muy rigurosas, restringiendo la patria potestad o el contacto con el niño.
    • Por lo general, se opta por medidas menos severas, pero en ciertos supuestos de maltrato, manipulación grave o abandono, se revisa la idoneidad de mantener o no la patria potestad.

Cómo actuar ante un incumplimiento

En ocasiones, el régimen de visitas deja de cumplirse por razones puntuales, como cambios de turno laboral, enfermedades o imprevistos que no siempre están en la mano de los progenitores. Sin embargo, cuando el incumplimiento se hace habitual o existe una negativa sistemática, resulta aconsejable seguir una serie de pasos:

  1. Reunir pruebas
    • Lo primero es dejar constancia de las veces que el otro progenitor no ha cumplido con las visitas, los mensajes que se hayan intercambiado, correos electrónicos o cualquier otra prueba que documente la situación.
    • Si existe un convenio regulador o una sentencia, es importante que se vea claramente de qué forma se está incumpliendo lo acordado y en qué fechas.
  2. Intentar un diálogo pacífico
    • Antes de acudir a la vía judicial, vale la pena plantear un diálogo sincero con el otro progenitor, buscando entender las razones y encontrar posibles soluciones.
    • A veces, los problemas se deben a malentendidos, dificultades laborales o simples ajustes de horario que, con buena voluntad, pueden resolverse.
  3. Mediación familiar
    • Si la comunicación directa resulta complicada, la mediación familiar puede ser de gran ayuda. Un mediador imparcial facilita el entendimiento y hace que ambas partes se sientan escuchadas.
    • Esta opción puede ahorrar tiempo, dinero y tensiones, además de evitar al menor el impacto emocional de un proceso judicial.
  4. Acudir a un profesional del derecho
    • Si el otro progenitor no muestra ninguna intención de cumplir, o si el conflicto no puede resolverse por la vía amistosa, conviene consultar con un abogado especialista en derecho de familia.
    • El profesional analizará el caso, evaluará las pruebas y aconsejará la mejor estrategia legal para hacer valer los derechos del menor y del progenitor afectado.
  5. Solicitar la ejecución de la sentencia o la modificación de medidas
    • En caso de incumplimiento reiterado y grave, el abogado presentará un escrito de ejecución ante el juzgado que dictó la sentencia. Con ello, se insta al juez a requerir al progenitor incumplidor que cumpla sus obligaciones.
    • Si pese a ello continúa el incumplimiento, se podrán solicitar multas coercitivas o cambios en el régimen de custodia y visitas.

Efectos emocionales en los niños y en los progenitores

El régimen de visitas no es solo una cuestión legal; afecta de manera profunda el ámbito emocional de los menores y de los padres. Cuando hay incumplimientos:

  • El menor puede sentirse inseguro, preguntarse por qué el otro progenitor no viene o por qué se le impide ver a su madre o a su padre. Estas dudas pueden generar ansiedad, baja autoestima o sentimientos de culpa, especialmente si uno de los progenitores habla mal del otro delante de él.
  • Los progenitores pueden vivir la situación con frustración, enfado o tristeza. Si el incumplimiento se debe al desinterés del progenitor que debería visitar al niño, la persona que tiene la custodia puede sentir impotencia al ver cómo su hijo sufre por los plantones o la falta de compromiso del otro. Si es el progenitor no custodio el perjudicado, la rabia puede venir por no poder ejercer el derecho a ver a su hijo, a pesar de que la justicia le ampara.
  • El clima familiar se resiente, y los niños detectan la tensión. No hay que olvidar que los menores son muy sensibles a los gestos, el tono de voz y los silencios. Cualquier ambiente hostil o lleno de reproches, discusiones e insultos puede impactar de modo negativo en su desarrollo emocional.
  • A largo plazo, los problemas no resueltos en materia de visitas pueden derivar en un distanciamiento entre padre o madre e hijo, algo que va en contra de los objetivos de la legislación y de lo que, en teoría, ambas partes desean para el menor.

Recomendaciones para manejar el aspecto emocional

No debemos pasar por alto el impacto anímico que el incumplimiento del régimen de visitas puede tener tanto en los hijos como en sus progenitores. Estos son algunos consejos:

  • No hablar mal del otro progenitor delante del niño: Por mucho que exista enfado o resentimiento, el menor no debe verse obligado a elegir un bando. Expresiones de rechazo hacia el otro pueden dañarle y generar más tensión.
  • Mantener la calma en los intercambios: Si la relación con el otro progenitor está deteriorada, es mejor optar por una actitud respetuosa en los encuentros para la recogida y entrega del niño. Gritos o reproches delante del menor aumentan su estrés.
  • Escuchar al niño: Preguntarle cómo se siente, sin presionarlo ni forzarlo a hablar. A veces, el menor solo quiere expresar su tristeza o su confusión. Validar sus emociones y ofrecerle seguridad resulta muy valioso.
  • Buscar ayuda profesional: Cuando se detecta un deterioro emocional en el menor, o si el adulto se siente desbordado, la orientación de un psicólogo puede ser de gran apoyo. El profesional podrá ayudar a gestionar la frustración y prevenir que el conflicto familiar cause secuelas más profundas.
  • Planificar el tiempo libre del niño: Si el progenitor no se presenta a la visita o suspende la salida a última hora, intenta tener preparado un plan alternativo para el menor, de modo que no se sienta abandonado o sin ocupaciones.

Soluciones para minimizar incumplimientos

Aunque no existe una fórmula mágica que garantice el respeto absoluto al régimen de visitas, sí hay ciertas pautas que pueden ayudar a reducir los conflictos:

  1. Establecer un régimen detallado y realista
    • Es preferible que el convenio regulador o la sentencia describa con claridad qué días y horas corresponden a cada progenitor, así como quién recoge y quién devuelve al niño, y en qué lugar se realizan los intercambios.
    • También es útil prever qué ocurre en vacaciones, festivos y puentes, evitando así la incertidumbre.
  2. Fomentar la comunicación
    • A pesar de la ruptura, la relación entre padres no desaparece completamente cuando hay hijos. Encontrar una vía de comunicación (mensajes, correo electrónico o incluso una aplicación especializada) ayuda a coordinar horarios y gestionar imprevistos.
  3. Ser flexible cuando sea posible
    • La rigidez extrema puede generar más enfrentamientos. Si surgen motivos de peso para cambiar un día de visita, se puede estudiar la forma de compensar al menor y no perjudicar el contacto con el otro progenitor.
    • Esa flexibilidad es un gesto de buena fe que, en caso de problemas futuros, puede ser tenido en cuenta por el juez para valorar la actitud de cada progenitor.
  4. Herramientas tecnológicas
    • Existen aplicaciones para la organización familiar en casos de padres separados, donde se pueden anotar en un calendario común las horas de recogida, los médicos, las actividades extraescolares, etc.
    • Estas herramientas facilitan el seguimiento y dejan constancia de la comunicación y posibles incidencias.
  5. Mediar antes de acudir a juicio
    • La mediación no solo es recomendable cuando el incumplimiento ya ha ocurrido, sino también a la hora de redactar el régimen de visitas desde el principio.
    • Un mediador ayudará a los progenitores a exponer sus necesidades y las de los niños, buscando un acuerdo claro y ajustado a la realidad de cada familia.

¿Qué pasa si el menor no quiere ir?

Un tema frecuente en el incumplimiento del régimen de visitas es el de los niños que se niegan a ir con el progenitor no custodio o que, directamente, rechazan el contacto. Esta situación no siempre implica una manipulación del progenitor custodio; a veces, el niño está molesto por la separación, tiene miedo a ciertos cambios o simplemente prefiere estar con sus amigos. Sin embargo: Conviene dialogar con el niño para entender sus motivos. A veces, detrás de su negativa hay sentimientos de enfado, tristeza o temor que pueden trabajarse en un entorno terapéutico.

La postura de los tribunales: proteger al menor

Los tribunales españoles ponen el foco en el bienestar del niño. Aunque el ordenamiento jurídico reconoce los derechos de ambos progenitores, al juez siempre le preocupa que las tensiones entre padres acaben perjudicando al menor. Por ello, se revisan con detalle las circunstancias de cada familia. Si la conducta de alguno de los progenitores va en contra de ese bienestar, el juez actuará en consecuencia, pudiendo imponer sanciones, multas o incluso cambiar la custodia.

Además, se contempla la posibilidad de establecer visitas supervisadas cuando hay indicios de que el progenitor no custodio puede poner en riesgo al menor o si el niño muestra un rechazo excesivo que podría estar inducido por la otra parte. En tal caso, el régimen de visitas podría realizarse en un Punto de Encuentro Familiar, donde un equipo de profesionales evalúa y facilita la relación y el contacto entre padre/madre e hijo.

Resumen y recomendaciones finales

El incumplimiento del régimen de visitas genera conflictos legales y emocionales que afectan especialmente a los niños. Dado que la ley española protege su derecho a mantener contacto con ambos progenitores, este incumplimiento puede derivar en sanciones, modificaciones de la custodia o, en casos graves, en consecuencias penales.

Para afrontar esta situación, es aconsejable:

  • Intentar el diálogo y la mediación familiar antes de iniciar cualquier proceso judicial.
  • Recoger pruebas de los incumplimientos (mensajes, correos, testigos), de modo que en caso de tener que acudir al juzgado, exista constancia de las infracciones cometidas.
  • Buscar asesoramiento legal para conocer tus derechos y las opciones disponibles. Un abogado especialista en familia puede guiarte de forma clara y velar por el interés de tus hijos.
  • Pensar en la parte emocional, intentando que los menores no se vean atrapados en el conflicto. Es vital mantener un ambiente lo más respetuoso posible y buscar ayuda de profesionales de la psicología si se detecta malestar en el niño.

Palabras finales

Si crees que el régimen de visitas no se cumple y estás sufriendo una vulneración de tus derechos o de los de tus hijos, en Lambda Estudio Jurídico contamos con un equipo de abogadas con experiencia en derecho de familia que pueden ayudarte. Nuestro objetivo es encontrar soluciones adaptadas a cada caso, priorizando el bienestar de los menores y la defensa de los derechos de nuestros clientes.

Te invitamos a contactarnos para una consulta inicial, donde podremos analizar tu situación concreta y ofrecerte el asesoramiento que necesitas. Muchas veces, una orientación profesional a tiempo evita que el problema se agrave o que los hijos sufran aún más. No dejes que la incertidumbre y el conflicto se alarguen; estamos a tu disposición para apoyarte legal y emocionalmente.

El incumplimiento del régimen de visitas, lejos de ser un asunto menor, acarrea consecuencias legales y trastornos emocionales. Comprender el marco jurídico y adoptar medidas adecuadas puede marcar la diferencia en la convivencia futura y, sobre todo, en la salud emocional de los niños. Como madres y padres, tenemos la responsabilidad de proteger a nuestros hijos de los desencuentros que surgen después de una separación o divorcio. Y como profesionales del derecho, en Lambda Estudio Jurídico queremos estar a tu lado para asesorarte, mediar y, cuando sea necesario, defender tus derechos ante los tribunales.

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